Esta misma semana se anunció que una familia española entregó de manera anónima 19 cajas con más de 2.000 piezas prehispánicas.
La colección de piezas prehispánicas en el extranjero y su eventual retorno al país
La colección de piezas arqueológicas, existe hace más de dos siglos, desde que exploradores europeos incursionaron en mundos nuevos encontrando invaluables tesoros.
Muchos de esos exploradores se creyeron dueños de lo que descubrían, es cierto, pero también lo es que la conservación de muchos de esos tesoros y el hecho de que hoy existan muchas de esas piezas fue gracias a esos exploradores convertidos en coleccionistas.
En fin que se coleccionan piezas, artefactos y documentos históricos con el propósito de apoyar y documentar los descubrimientos arqueológicos. También considerando poner a salvo dichos artefactos ya que el país de origen tenía la capacidad o el conocimiento necesario para proteger dicho patrimonio. También, por qué no y como siempre para amasar una "fortuna" que, en condiciones extremas, podría traer alivio financiero a la familia. O por el gusto de acumular lo que consideraban invaluable y verlo exhibido en algún museo de importancia con un reconocimiento a su labor.
Así terminó el penacho de Moctezuma en Austria, Kurt Stavenhagen, comerciante de joyas, migró a México en 1940 debido a las persecuciones nazis antisemitas que amenazaban su vida, coleccionó más de 3000 piezas de arte prehispánico. El mismo Diego Rivera llegó a tener más de 60 mil piezas que hoy son parte del acervo del Museo Anahuacalli.
Pues bien, hoy el país reclama el regreso de si no todas, la mayoría de esas piezas que hoy se consideran patrimonio cultural de la Nación. Esta misma semana se anunció que una familia española entregó de manera anónima 19 cajas con más de 2.000 piezas prehispánicas. Las piezas recuperadas corresponden a lo que los arqueólogos consideran el complejo Azteca III; algunas otras corresponden a la cultura texcocana.
Alemania devolvió unas 34 piezas arqueológicas que eran parte de colecciones privadas. También fueron devueltas “de forma voluntaria” a México, informó este miércoles la cancillería mexicana.
Rashel Mereness y Bill Lewis, ciudadanos estadounidenses, devolvieron un lote de 79 piezas arqueológicas y dos bienes paleontológicos en una ceremonia con sede en Los Angeles, California.
Las autoridades de Italia devolvieron a México treinta piezas arqueológicas decomisadas por el cuerpo especializado en la protección del patrimonio cultural, entre ellas estatuillas, jarrones y collares de las culturas totonaca, michoacana, coyotlatelco, zapoteca, mixteca y maya.
Desde hace un par de años, México se ha propuesto recuperar el patrimonio histórico que se encuentra en colecciones privadas en el mundo, pero en Francia se ha encontrado con dificultades para que le sean devueltas las piezas debido a su legislación.
Del saqueo el daño que produce es enorme. Implica la destrucción de contextos y la consecuente pérdida de información, vital para el entendimiento de los pueblos que produjeron los objetos saqueados.
Fuera de México todavía existen miles de piezas entre las destacadas están el ya mencionado penacho de Moctezuma que permanece en el Museo de Etnología de Viena.Fragmentos de los murales de Teotihuacán, fueron saqueados de Teotihuacán por Harald J. Wagner durante la década de 196. La serpiente de dos cabezas que fue vendida por la duquesa Massimo en 1894 al Museo Británico. La máscara de Tezcatlipoca, Códice de Dresde. Códice Trocortesiano o Códice de Madrid que se encuentra alojado en el Museo de América de la ciudad de Madrid, España.
La colección de Kurt Erwin Stavenhagen sí permaneció en el país. Él falleció en la colonia donde vivió, a los 85 años, el 15 de enero de 1984. Tras ello, la promoción de la colección se detuvo, no se exhibió más y los públicos dejaron de frecuentarla (Bodek 2015). En el 2010, sus familiares preocupados por el futuro del acervo convinieron con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un espacio ex profeso en el CCUT para las piezas, logrando así la materialización del destino manifiesto que el coleccionista deseaba para su acervo: albergarlo y divulgarlo en un museo público.
En 2019, solicitó sin éxito la cancelación de una subasta de arte precolombino organizada por la casa francesa Millón.
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