Navidad sinfónica
Niños, padres y abuelos se apresuran a llegar a la Sala Nezahualcóyotl el concierto está por comenzar. La orquesta porta el tradicional gorrito de Santa, tercera llamada. Silencio total, se le vanta la batuta y comienzan los prieros acordes de Marcha de una ceremonia turca, obra que comupso Jean-Baptiste Lully para la obra de teatro El burgués gentilhombre de Molière. El concierto termina con un popurrí de villancicos tradicionales. Es Navidad, y como es tradición ya desde hace cuarenta y cinco años. La Orquesta Sinfónica de Minería nos presenta su programa navideño.
“Recuerdo nuestro primer concierto de Navidad oficialmente, fue un domingo por la tarde, estuvo con la orquesta el coro de las cien voces de los hermanos Zavala”, cuenta Raymundo Martínez. Fueron justo las tertulias musicales de los domingos en el Palacio de Minería las que darían pie a la creaión de la Orquesta Sinfónica.
En pleno siglo XX, la Facultad de Ingeniería de la UNAM rescató la tradición de los mineros del siglo XIX al organizar conciertos y actividades culturales. Así la Orquesta y la Academia de música que la sustenta y coordina, nacieron como aquellas sociedades europeas de antaño que creaban y patrocinaban conjuntos musicales sólo por amor a la música. obtenían donativos y organizaban conciertos por suscripción y fueron fundamentales para el desarrollo de la música. A principios de 1978, bajo el auspicio de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, nació la Academia de Música del Palacio de Minería y su Orquesta Sinfónica.
“El director fue complaciente con el público y la orquesta interpretó Paseo en trineo, otro villancico que disfruté muchísimo, la felicidad estaba a su máximo, imagino que todos recordamos momentos de nuestra infancia y añoranzas del pasado. Me dio mucho gusto ver algunos niños en la audiencia, disfrutaron del evento al cobijo de sus madres y padres, este tipo de experiencias nos forman como seres humanos empáticos y cálidos. El evento finalizó con un festivo Goya, por lo que poco a poco fuimos saliendo de la sala, al encontrarnos en el vestíbulo todo era felicidad, buenos deseos y sonrisas. Que alegría da al corazón asistir a estos eventos donde, a través de la música, te hacen vibrar, sentir y emocionarte de una manera sublime” recuerda Carlos Palomares.
Cada diciembre el concierto navideño de la Orquesta de Minería (OSM) acopaña el fin de año. Incluso durante la pandemia se hizo de manera virtual. Viene junto con las posadas, piñatas, aguinaldos, regalos, cenas en familia. Es un punto de referenica un telón fijo de la época.
Música navideña
Los villancicos reciben su nombre de las canciones de los villanos, la gente del pueblo, surgen en el Renacimiento, a través de canciones cantadas de forma popular. Se trata de melodías interpretadas por el pueblo para contar cualquier situación cotidiana: hablaban de historias de amor e incluso formaban parte del Cancionero de Palacio. En México se puede considerar la composición “Hoy nació el Redentor del mundo” como el primer villancico. Su origen proviene de la España del siglo XV.
La Navidad ha sido una inspiración permanente en la historia de la música. Personas compositoras de todas las épocas la han interpretado a través del sonido. Desde Hildegarda von Bingen, en el siglo XII, hasta Mario Lavista en el XXI, existen cientos de miles de partituras que han explorado distintos matices de una celebración que parte del renacimiento y la esperanza para ofrecer interminables búsquedas sobre los misterios y pasiones que agitan los corazones de mujeres y hombres y cómo inexorablemente la humanidad, a pesar de cualquier destino individual, forma parte de lo inexplicable. OSM
Un regalito de Navidad
Cuenta la leyenda que la idea original para esta pieza se remonta a 1850, cuando Berlioz compuso una pieza de órgano para su amigo Joseph-Louis Duc, llamada L'adieu des bergers (La despedida de los pastores).
Pronto la transformó en un movimiento coral para los pastores que se despiden del niño Jesús al salir de Belén hacia Egipto. El 12 de noviembre de 1850 Berlioz consiguió que la estrenase un coro, sin embargo dijo que la obra era de un compositor del siglo XVII llamado "Ducré" (¡se lo había inventado bromeando con el nombre de su amigo!).
Incluso se dice por ahí que una señora llegó a decir: "Berlioz nunca sería capaz de escribir una melodía tan sencilla y encantadora como esta pequeña pieza del viejo Ducré". ¡La de risas que se echaría Berlioz!
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