Manuel Ajenjo
En el pasado mes de mayo, a unos meses de los Juegos Olímpicos que posteriormente se celebraron en París, para inaugurar el espectacular Centro Acuático Olímpico, se celebró, en la ciudad sede, la Copa del Mundo 2024 de natación sincronizada, en la que el equipo mexicano ganó medalla de oro.
Un año antes, el mismo conjunto acuático en una Copa Mundial, organizada en Egipto, se hizo merecedor a tres medallas doradas y una de bronce.
Ya en los Juegos Olímpicos, las nadadoras mexicanas lograron un séptimo lugar y fueron las únicas representantes de América Latina en clasificarse para la ronda final, pero eso es otra historia.
Lo que quiero enfatizar es lo que manifestaron a su regreso de Egipto las nadadoras que delataron el nulo apoyo recibido por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) a cargo Ana Gabriela Guevara, brillante exatleta de opaco paso por la política. La velocista se defendió de la acusación manifestando que las nadadoras eran unas mentirosas por quejarse de la falta de apoyo. Por el contrario las acusó de no comprobar gastos por más de dos millones 748,000 pesos del periodo 2016-2018. (Años en los que, que a excepción de diciembre del 18, Guevara nada tuvo que ver con la institución).
La réplica de las chicas campeonas reveló la ausencia de sus becas y viáticos para las competencias, así como la omisión del pago a sus entrenadores. Esto debido a un conflicto interno de la Federación Mexicana de Natación (FMN) donde se desconoció a Kiril Todorov —apoyado por Ana— como presidente de la misma, acusado de delito de peculado por presuntamente apoderarse de 8.7 millones de dólares destinados a la FMN.
Las nadadoras declararon rotundamente que habían asistido a la competencia en Egipto gracias al apoyo de Telmex y a la venta, por su parte, de toallas y trajes de baño. La dirigente de Conade, ni lenta ni perezosa —faltaba más— contestó: “Por mí que vendan calzones, Avon o Tupperware, pero son mentirosas y deudoras, les hemos dados 40 millones y no los han justificado”.
Lo de los 40 millones al parecer es una columna de humo para distraer la atención pública las dos carpetas de investigación que la Fiscalía General de la República abrió a raíz de las investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación por presuntos malos manejos y posibles desvíos de 283 millones de pesos en la gestión de Ana Gabriela en la Conade.
La auditoría encontró que únicamente en el 2020 hubo 18 actos de posible corrupción y mal manejo de servicios y recursos. Encontraron irregularidades por 77 millones de pesos en la contratación de presuntos entrenadores la mitad de los cuales no estaban registrados en ningún sistema que certifique su capacitación para entrenar atletas de alto rendimiento. Otras anomalías detectadas están en los gastos de los Juegos Nacionales y Paranacionales celebrados en Baja California, Sinaloa y Sonora; en el Mundial de taekwondo de Guadalajara; en la final de la Copa del Mundo de tiro con arco en Tlaxcala; y en el Tour de voleibol de playa en Rosarito.
Pero todas las acusaciones se le resbalan a Ana Gabriela que sabiéndose impune viajó a los Juegos de París en clase ejecutiva, por prescripción médica y pagando el viaje de su propio peculio. “No tengo marido ni marida ni nadie que me exija por qué gasto. Todo lo que gano me lo trago, me lo unto, me lo visto como me dé mi chingada gana. (…) Entre más me chingan más me crezco” —dijo la damita que se prepara para próximamente competir en las 100 mentadas de madre libres. ¿Con esa boquita come? Sí y en Au Pied de Cochon.
Punto final
Vivimos en un mundo en el que la comida está llena de sustancias químicas y un jabón tiene avena, miel y vitaminas. Conclusión: Comamos jabón.
Comments