No cabe duda que los banqueros son conservadores… conservadores del dinero y durante el gobierno de la 4T no solo lo conservaron sino lo incrementaron exponencialmente. Por eso, en la 87 Convención Nacional Bancaria, realizada en Acapulco, a la que también asistieron Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, así como los presidentes de las cámaras patronales de la República, recibieron y despidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador con aplausos y vítores. Sólo les faltó corear “Es un honor estar con Obrador”.
El reconocimiento unánime de los dirigentes de las instituciones financieras y de los negocios de la República a la labor económica del gobierno de la 4T disipa la idea, difundida durante cinco años por la derecha, de una posible dictadura y del mal manejo de la política económica del país.
En su turno al habla, el presidente de la Asociación de Banco de México, Julio Carranza Bolívar (por cierto, Bolívar y Carranza hacen esquina en el Centro Histórico) dijo a nombre de sus representados: “Esta es la sexta ocasión, en la cual, el señor presidente Andrés Manuel López Obrador, nos honra con su presencia como presidente de la Republica. Dede su primera participación en el 2019, usted señor presidente, transmitió a los banqueros un mensaje de certidumbre y confianza fundamentales para el desarrollo del crecimiento económico. En aquella ocasión, usted fue muy claro en señalar que no cambiaría la regulación bancaria, la cual durante años ha convergido con las mejores prácticas internacionales y la más estricta supervisión. Recordamos claramente su mensaje ‘no habrá cambios de reglas’ lo cual se ha cumplido cabalmente. Muchas gracias, señor presidente”.
La ovación no se hizo esperar. No fueron unos aplausos de compromiso, tibios y nada más para cumplir. No. Fueron unos aplausos cálidos y de reconocimiento.
En su turno al bat de la palabra, usando láminas informativas, el tabasqueño expuso los avances y el estatus de su gobierno en, prácticamente, todos los rubros, ‘los otros datos’, dijo. Pareció informe de gobierno.
Por supuesto que el presidente les presumió a los banqueros y demás dueños del dinero el fortalecimiento del peso en relación al dólar y otras monedas del mundo. Elogio el control que se ha tenido de la deuda externa, la inflación y de las reservas del Banco de México. Pero el entusiasmo cundió cuando el mandatario destacó un dato “muy conocido por ustedes, no debería yo ni darlo, ni exponer sobre este tema. Nada más aclarar que la última barra (de la lámina) es hasta noviembre, el monto total son 273,000 millones de pesos de utilidad de la banca el año pasado. Felicidades, porque es récord”.
Para finalizar la entrada mandó un roletazo al guante Newman de los sentimientos de la audiencia, al expresar: “Yo ya no voy a estar en la próxima, ya me voy a Palenque en cinco meses. Me despido de ustedes por anticipado. Me han tratado muy bien, con respeto y considero que han sido correspondidos, les he tratado también con respeto y he cumplido los compromisos que hice desde el principio de mi gobierno. Les felicito (…) Y pues muchas gracias de todo corazón”.
Las palabras presidenciales causaron como se dice en el show bissnes, standing ovation. Y en los aplausos se adivinaba un porcentaje de convencimiento por las promesas cumplidas y un 100% de esperanza para que cumpla la promesa de que en cinco meses se retira a Palenque y abandona totalmente la política.
Punto final
Nació un bebé y minutos después, de manera prodigiosa comenzó a hablar y dijo: Yo nací para vivir sólo cuatro días. Mi mamá va a vivir sólo seis y mi papá ocho.
A los cuatro días murió el bebé. A los seis días murió la mamá. El padre comenzó a preocuparse y vendió todos sus bienes y gastó todo su dinero. A los dos días murió el vecino.
Moraleja: jamás se precipite.
Comments