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Cartas de amor desde Cuba

Actualizado: 21 mar

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Julio Cortázar


El amor está en lo cotidiano. En el día, día. En los minutos que pasa una madre preocupada por sus hijos. En el café de la mañana. En la mirada de un niño.





Conocí a Liudmila en el portal de su casa en una ciudad del centro de Cuba llamada Sancti Spiritus. Su espacio lleno de arte y letras refleja quién es ella. Una mujer que ama la literatura y la cultura. Que ha aportado a su comunidad no solo esperanza y amor, sino una historia antropológica de quiénes son. Su madre, su hija y su ciudad se reflejan en ella. En su poesías. En los concursos que realiza desde los noventas de cartas de amor.


Al final de nuestro encuentro me regaló un grabado que claro tenía que ser de un corazón.

Esta es su historia y la de su ciudad.


"Yo nunca pensé cuando puse ese cartel en la puerta en el lejano 94 que eso iba a ser importante. En un principio solamente escribía cartas de amor para provocar un poco a la comunidad que en pleno período especial estaba como dormida. Me di cuenta de que necesitaba un poquito de comunicación en medio de tanta crisis".


Comenzamos a hacer las intervenciones públicas, creamos las postales y las cartas y colgamos un cartel casi humorístico que decía: “Se escriben cartas de amor a cualquier hora. Cartas de negocios y cartas de suicidas de ocho a tres de la tarde.
Fue un suceso que causó revuelo en la ciudad. Empezaron a tocar mi puerta y a preguntar, nunca esperé esa repercusión, comenta la poetisa. Todavía llegan a buscar postales o con encargos de misivas, sobre todo en febrero.




Cuando escuchas las cosas increíbles que le pasan a la gente y los sentimientos que tiene. Los sueños. El miedo. Tú te alimentas de eso como un vampiro.






La palabra escrita está ahí. Tú puedes doblarla guardarla con tus cosas sagradas.




En algún momento dejó de ser un proyecto solamente, se fue haciendo un lugar para la poesía, la trova y el teatro. Hace cinco años, decidí entonces poner unas sillas y un piano profesional para hacer conciertos y talleres.
Surgió entonces el Centro Cultural Alternativo Escribanía Dollz, donde desarrollamos actividades generadas por la comunidad según sus propios intereses de manera independiente a las instituciones culturales, pero insertado en todos los eventos que organicen, agrega.




Él guarda la carta en un nicho. Un artista que le ha dado su lugar.
La gente tiene mucha esperanza y que la gente tiene mucha pasión y que cuando yo hago esas intervenciones públicas que hago en la puerta de mi casa, me llenan de regocijo, de alegría ver cómo viene la gente a escribir su carta. Liudmila Quincoses

Esperó más de un mes por su primer cliente. Desde entonces no ha parado de escribir cartas de amor. “En estos años he visto muchos ojos apagados, manos inquietas, síntomas de la angustia. Ser escribano es comprometerse a calmar esa soledad, a reconstruir historias. Pero sobre todo es alguien a quien le interesa mucho la persona que, dejando atrás el pudor, ha venido a hacerlo partícipe de su problema. Entrar en la vida de dos personas es tener también potestad para cambiar esa historia”.



Hoy la convocatoria es internacional


"Cinco cartas de amor y una canción esperada"



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