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Del vino mezcal al Tequila Lab una celebración a esta bebida emblemática

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Tequila Lab es un nuevo centro cultural y de negocios que funciona como un polo de atracción para público local, nacional e internacional. A través de sus contenidos, introduce al visitante en el legado identitario, económico y cultural que el Tequila ha dejado en Jalisco, en México y en el mundo.


Historia del Comercio del Tequila en México


"...a su majestad MEZCAL de un sabor sin igual no se distingue hacia quien por su efecto letal: para todo mal mezcal y para todo bien también" - Julián D. España Solis (2007)



El tequila, esa bebida icónica de México, tiene una historia fascinante que comienza hace siglos, mucho antes de que se convirtiera en el emblema que conocemos hoy. Para entender su comercio, primero hay que remontarse a sus inicios con su antecesor directo: el vino mezcal.


Cuando los españoles llegaron a tierras mexicanas en el siglo XVI, se encontraron con que los pueblos indígenas ya aprovechaban el agave para hacer bebidas fermentadas como el pulque. Pero como a los conquistadores les gustaban los destilados más fuertes, adaptaron sus técnicas europeas para procesar el agave. Así nació el vino mezcal, una bebida alcohólica destilada que poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en el tequila que conocemos.


La producción de esta bebida se concentró en la región de Jalisco, en el pueblo de Tequila, de donde eventualmente tomaría su nombre. Fue en el siglo XVIII cuando las primeras familias comenzaron a producir tequila de manera organizada. Entre ellas, la de José Antonio de Cuervo, cuyo apellido se convertiría en sinónimo de la bebida.


El comercio del tequila empezó de forma local, pero poco a poco se fue expandiendo. Con la Independencia de México en 1821, la bebida se consolidó como un producto nacional. Luego, con la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, fue posible llevar el tequila a otras partes del país e incluso al extranjero. Durante la Revolución Mexicana, la bebida se popularizó entre los soldados y se convirtió en parte de la identidad nacional.


A medida que su popularidad creció, también lo hizo la necesidad de regular su producción. En 1944 se establecieron las primeras normas para garantizar su calidad. Pero el gran cambio llegó en 1974, cuando el gobierno mexicano otorgó al tequila la denominación de origen, lo que significaba que sólo podía llamarse tequila aquel que se produjera en ciertas regiones de México, principalmente Jalisco. Esto ayudó a proteger la bebida y a asegurar su autenticidad.

En los últimos años, el comercio del tequila ha alcanzado niveles impresionantes. Gracias a acuerdos internacionales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las exportaciones han crecido enormemente, sobre todo a Estados Unidos. Hoy en día, hay diferentes tipos de tequila, desde el blanco hasta el extra añejo, y el mercado sigue en constante evolución con la llegada de tequilas premium y artesanales que han conquistado a conocedores de todo el mundo.




Tequila Lab


México celebra la esencia de su bebida emblemática con la inauguración del centro cultural Tequila Lab en Guadalajara, impulsado por el Consejo Regulador del Tequila y el Gobierno de Jalisco. Este espacio busca promover los aspectos culturales de la producción del tequila y fortalecer su internacionalización.


Miriam Villaseñor, encargada del centro, señaló que una de las metas es que las personas conozcan la historia del tequila, su importancia y por qué fue el primer producto en obtener la denominación de origen. "El objetivo principal es adentrarnos a conocer la importancia de la protección de nuestro paisaje agavero y conocer esta denominación que nos da tanta identidad en el mundo", afirmó.





El Tequila Lab cuenta con una sección de museo con seis piezas inmersivas, cinco de ellas interactivas y una enfocada en el arte popular. Entre sus atractivos destaca una experiencia audiovisual de 360 grados que muestra la belleza natural y el significado del paisaje agavero, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


Otro de los mayores atractivos del centro cultural es su colección de 2,400 botellas de tequila de diferentes marcas, regiones y fechas, instaladas en un espacio arquitectónico de tres pisos de altura. Este acervo busca obtener un Récord Guinness como la mayor colección de botellas de tequila en el mundo.

Además, el Tequila Lab cuenta con una reserva natural, espacios de degustación y un área de negocios que pretende ser un punto de encuentro para todas las personas involucradas en la cadena de producción del tequila.


El tequila pasó de ser una bebida local a un producto global, pero siempre manteniendo su esencia mexicana. Es un claro ejemplo de cómo la tradición y el comercio pueden ir de la mano, llevando al mundo un pedacito de la historia y cultura de México en cada copa.



Anitzel Díaz


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Mariano Azuela escribió en Los de Abajo “mientras algunos preferían la champaña con sus burbujas en las que se descompone la luz de los candiles, Demetrio Macías optaba por el tequila cristalino de Jalisco”.


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