Cerca de 50% de nuestro oxígeno proviene del océano. Dos tercios de toda la población del planeta se alimenta del océano.
Un nuevo e importante estudio, que fue publicado este año , resaltó un hecho preocupante.
En los últimos 15 años, el calor acumulado en la Tierra ha aumentado en un 50%, y la mayor parte de ese aumento ha ido a parar a los océanos.
Esto está teniendo consecuencias reales a nivel mundial: no sólo la temperatura global de los océanos alcanzó un nuevo récord en abril de este año, sino que en algunas regiones la diferencia con respecto a otros momentos del pasados fue enorme.
Como ejemplo se mencionaron las temperaturas de la superficie del mar frente a la costa este de Norteamérica, que en marzo superaron en 13,8°C la media registrada entre 1981-2011.
"Aún no está bien establecido por qué se está produciendo un cambio tan rápido y tan grande", afirmó Karina Von Schuckmann, autora principal del nuevo estudio y oceanógrafa del grupo de investigación Mercator Ocean International.
"Hemos duplicado el calor en el sistema climático en los últimos 15 años. No quiero decir que esto sea cambio climático, variabilidad natural o una mezcla de ambos. Aún no lo sabemos. Pero sí vemos este cambio".
Causas
Un factor que podría estar influyendo en el nivel de calor que llega a los océanos es, curiosamente, la reducción de la contaminación procedente del transporte marítimo.
En 2020, la Organización Marítima Internacional puso en marcha una normativa para reducir el contenido de azufre en el combustible quemado por los buques.
Esto ha tenido un rápido impacto, reduciendo la cantidad de partículas de aerosol liberadas a la atmósfera.
Pero los aerosoles que ensucian el aire también contribuyen a reflejar el calor hacia el espacio, por lo que su eliminación puede haber provocado una mayor entrada de calor en las aguas.
La última frontera
Según los últimos datos de la Unesco, en el 2019 se capturaron 81 millones de toneladas de pescado y marisco, 1.4% más que el año anterior. Y hasta 80% de la captura de algunas compañías pesqueras es incidental. Cada año mueren 100,000 mamíferos marinos y 1 millón de aves por deshechos de plásticos. Aún puede ser peor. Se estima que 32,000 piezas de desechos de plástico flotan por km2 en los océanos. Sólo en México, se producen 22,350 toneladas de popotes cada año. De ellas, 14,594 toneladas terminan en rellenos sanitarios y otras 453 toneladas acaban en zonas costeras. Por la actividad humana, el nivel del mar aumenta 3.2 mm cada año.
En México, las áreas marinas protegidas y los refugios pesqueros decretados hasta la fecha suman sólo 5.6 millones de hectáreas; es decir, menos de 2% del territorio marino nacional. Entre otros factores, la industria pesquera en este país explota todo el territorio marino mexicano —1.5 veces mayor que el terrestre—, que apenas aportan ganancias de 0.2% del Producto Interno Bruto. Y cabe señalar que 90% de la pesca que se realiza en México tiene lugar de forma ilegal.
“En el caso de los tiburones, mucha gente piensa que son peligrosos. El problema es que los tiburones son los depredadores principales en el océano. Si matas a la parte superior de la cadena alimenticia, entonces la cadena se derrumba. Cuando matas a los tiburones, matas el océano”. Existen alrededor de 400 especies de tiburones y 100 de ellas se encuentran en México. Éste es el punto de partida de la obra de Gerardo del Villar.
Imagen Gerardo del Villar
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