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El uso peyorativo del concepto autismo

Por Manuel Ajenjo Si en la gente común resulta incorrecto estimar que la condición de vida llamada autismo sea equivalente a tener poco entendimiento o a padecer una deficiencia mental; imagínense lo que el uso peyorativo del concepto autista resulta en una persona supuestamente culta y justa como debe ser una magistrada de la Sala Superior del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México. Lo anterior lo escribo al saber que el pasado lunes, la señora Xóchitl Almendra Hernández Torres, magistrada de dicho tribunal, en un denate sobre las reformas a los artículos 61 y 62 del reglamento interno del propio tribunal, pidió el uso de la palabra para expresar: “Namás (sic) para que… este (sic) recapitulemos sería con el reglamento tal como está redactado en el viejo reglamento”. (Aquí otra magistrada le hace ver que no es el viejo es el vigente) A lo que la aludida Xóchitl Almendra contestó: “Me refiero así para fines prácticos para identificar que es el viejo reglamento porque es el que vamos a abrogar, hago esa acotación. Sí entiendo perfectamente que está vigente, no tengo autismo”. De inmediato el magistrado Andrés Aguilera Martínez, llamó la atención de la magistrada Hernández Torres: “Le pido por favor que no haga esas referencias. Nada de autismo, por favor. Respete”. En su defensa la ignorante magistrada, Xóchitl Almendra, manifestó: “A ver magistrado, este… perdón, a lo mejor no es la palabra, pero sí… este… me trata la magistrada como si tuviera alguna especie de atraso mental, se me vino a la mente el autismo. A lo mejor no debiera de haber dicho eso. (Curiosa la asociación de ideas de la magistrada lo primero que pensó como sinónimo de mensa, bruta, idiota, imbécil, estúpida, tonta, lela, cretina y papanatas fue autista). Por eso acertadamente el magistrado Aguilera Martínez le llamó la atención: “No vuelva a referirse como una falta de condición mental al autismo”. Como sucede en México, una vez el niño ahogado tapan el pozo. Una vez que el autismo fue vilipendiado, la magistrada se disculpa con una carta, escrita al día siguiente, dirigida a la Opinión Pública donde la señora Hernández Torres, se disculpa del uso ofensivo de la palabra pretextando hacerlo “como defensa a una serie de ofensas en mi contra, las cuales aparecen en el video que circula en redes sociales”. Mentira. Lo que ustedes leyeron al respecto lo transcribí del susodicho video y en ningún momento la magistrada es insultada. Además de injuriosa es embustera. Anabel Cornago, mujer española, madre de un adolescente en condición de autismo, ha iniciado una petición a la Real Academia de la Lengua Española, para que derogue la tercera acepción que la RAE le da al adjetivo autista: “Dicho de una persona encerrada en su mundo, conscientemente alejada de la realidad”. Los argumentos esgrimidos por la señora Cornago es que “con frecuencia se usan los términos ‘autismo’ o ‘autista’ no solo asociados a connotaciones negativas, sino también con el ánimo de descalificar e incluso insultar. Periodistas, políticos y escritores describen así a personas e instituciones que no escuchan, que son insensibles a las demandas ciudadanas o que muestran incapacidad en su trabajo. El último ejemplo ha sido Feijóo —posible candidato a la presidencia de España—, quien definía ‘autista’ al gobierno de Sánchez como sinónimo de ‘incompetente que comete error tras error’. Imaginad —dice doña Anabel— cómo se me parte el alma viendo como mi hijo y todas las personas autistas tienen que soportar que así se piense de ellos”.

Hasta abril del presente año la iniciativa de la señora Cornago había recabado 70,000 firmas para que la institución que “limpia, fija y da esplendor al idioma” cambie esa acepción aquí mencionada. Ya es hora de que a las personas en condición de autismo se les considere con dignidad. Punto final El pago de una deuda es la cruda del préstamo.

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