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Gertz Manero, los días contados

EL PRIVILEGIO DE OPINAR Manuel Ajenjo Si bien es cierto que la intervención telefónica es un delito, también es cierto que en más de una ocasión ha servido para poner al descubierto otros delitos. Tal es el caso de la difusión de las conversaciones telefónicas del fiscal Alejandro Gertz Manero con el subprocurador Juan Ramos López, que ponen en evidencia la violación a la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República.

Los diálogos entre jefe y subordinado, divulgados por el usuario de YouTube denominado Psicoanálisis, son una demostración de que el doctor en derecho Gertz Manero —con blasones académicos, intelectuales y políticos— maneja el cabroñol y posee una dosis de misoginia: “vieja pendeja” llamó a Alejandra Cuevas Morán de 63 años de edad, presa desde que Gertz llegó a la fiscalía, hija de la nonagenaria, actualmente en fuga, Laura Morán, que fuera pareja durante 50 años del finado Federico Gertz Manero; las dos mujeres fueron acusadas por el fiscal General de la República del asesinato por omisión de su hermano.

A través de la precitada charla telefónica uno se entera que el ministro Alberto Pérez Dayán, le entregó, indebidamente, el proyecto de sentencia que —supuestamente— votará la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sobre el caso arriba señalado, proyecto que no fue del agrado del fiscal porque del mismo concluye que “le está poniendo al magistrado de la Ciudad de México el pastel para que él la suelte” (a la señora Alejandra), cosa que va en contra de la voluntad de Gertz que, se infiere, había arreglado con Pérez Dayán otro tipo de sentencia: “Eso si no tiene puta madre. Y me quiso ver la cara de pendejo y todavía me lo manda para ver si me di cuenta o no y haber qué hago”.

En la susodicha conferencia telefónica también se pone en juego el prestigio de la SJCN al decir el fiscal: “Con que yo tenga dos o tres (ministros) que digan no. ¡Se paran eh! Entonces, si se le puede poner la cosa de la chingada. ¡Eh le valió madres!

En la mañanera del lunes al ser cuestionado sobre los audios, el presidente López Obrador dijo: “No los escuché, pero si tengo la información de lo básico y opino que tiene que resolver la Corte sobre este caso. Yo entiendo la situación personal, moral, humana del fiscal porque se trata de un asunto vinculado con su hermano, lo entiendo, entonces él quiere que se haga justicia. (¿Qué se haga “justicia” abusando del poder que le otorga su cargo? No se vale).

En otro orden de chingaderas —diría Gertz— una nota de Diana Lastiri en el diario El Universal, da cuenta de que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) detectó que las cuentas de la Universidad de las Américas, de la que Gertz Manero fue rector de 1995 al 2018, sirvieron para mandar cerca de 150 millones de pesos a cuentas bancarias a nombre del fiscal y de sus familiares en México y en el extranjero, incluyendo paraísos fiscales. La misma UIF observó el posible conflicto de interés del titular de la Fiscalía General de la República y de su palafrenero, el subprocurador Ramos López, en la reapertura de las acusaciones por lavado de dinero de los integrantes de la Fundación Mary Street Jenkins, dueños de la mencionada casa de estudios.

Así mismo el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, confirmó que el todavía fiscal comparecerá ante esa instancia para que explique lo dicho en los audios y aclare sobre las triangulaciones de dinero a su favor a través de las cuentas de la Universidad de las Américas.

Todo lo anterior hace pensar que los días de Alejandro Gertz Manero como fiscal General de la República, están contados.

Punto final Así como prohíben los bares cerca de las escuelas, deberían prohibir los gimnasios cerca de los puestos de tamales.

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