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Ichkabal: Un Tesoro Maya por Descubrir

Setenta especialistas en arqueología realizan tareas de investigación y conservación para su apertura al público





La zona arqueológica de Ichkabal, ubicada en la selva del sur de Quintana Roo, abrirá sus puertas a finales de septiembre debido a que están terminando algunos detalles para su buen funcionamiento. Diego Prieto, titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que estas mejoras estarán concluidas a la brevedad; entonces, podrá llegar la gente a disfrutar de esta zona arqueológica con miles de años de antigüedad.


“Gran parte de estas piezas, entre vasijas y esculturas, nutrirán los nuevos museos, como ya es el caso en Chichén Itzá, y hemos acordado con personal de la Sedena instalar vitrinas en las propias estaciones del Tren Maya, desde las cuales podamos acercar estos hallazgos a la población y a los turistas”.

Ichkabal es un sitio arqueológico maya ubicado en el sur del estado de Quintana Roo, México, cerca de la ciudad de Bacalar. Aunque su descubrimiento ocurrió en la década de los 90, sigue siendo uno de los sitios menos explorados y estudiados en comparación con otros como Chichén Itzá, Tikal o Calakmul. No obstante, la importancia histórica y cultural de Ichkabal está cobrando relevancia debido a los indicios que sugieren que fue una de las ciudades más grandes e influyentes de la civilización maya.





Un centro político y comercial en la antigüedad


A diferencia de muchos otros sitios mayas conocidos por su apogeo durante el Periodo Clásico (250-900 d.C.), Ichkabal parece haber sido una ciudad importante desde el Periodo Preclásico (alrededor del 2500 a.C.). Los arqueólogos han encontrado restos de grandes estructuras, incluyendo pirámides que superan los 40 metros de altura, lo que sugiere que esta urbe desempeñó un papel político y ceremonial crucial en la región.


Además, la ubicación estratégica de Ichkabal la convierte en un punto clave dentro de las antiguas rutas comerciales que conectaban las ciudades mayas del sur con las del norte. Su proximidad a Calakmul, uno de los mayores centros de poder en la región, refuerza la hipótesis de que Ichkabal fue un importante centro de intercambio y comercio en la época prehispánica.





La estructura monumental de Ichkabal

Uno de los aspectos más impresionantes de Ichkabal es su tamaño. A pesar de que gran parte del sitio sigue cubierto por la densa selva tropical, las excavaciones han revelado estructuras monumentales que rivalizan en tamaño con las de sitios más conocidos. Entre ellas, destacan varias pirámides, una de las cuales es considerablemente más grande que la Pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá.


Estas construcciones no solo hablan de la capacidad arquitectónica de los mayas, sino también de su organización social y política. La magnitud de estas edificaciones sugiere una sociedad altamente estratificada y organizada, capaz de movilizar grandes recursos para la construcción de monumentos destinados a actividades religiosas, políticas y ceremoniales.


Preservación y futuro

La selva que rodea el sitio ha actuado como una barrera natural, protegiendo las estructuras de la erosión y del vandalismo, pero también dificulta el trabajo arqueológico.

El futuro de Ichkabal como destino turístico y sitio de investigación es prometedor. Los arqueólogos creen que los descubrimientos en este lugar podrían cambiar muchas de las ideas actuales sobre la historia y evolución de la civilización maya. Además, la apertura de Ichkabal al público ofrecería una nueva ventana para conocer una faceta menos explorada del pasado maya.


Ichkabal es más que un sitio arqueológico; es una clave para comprender mejor el desarrollo temprano de la civilización maya. Aunque gran parte de su historia sigue oculta bajo la espesa selva, los descubrimientos realizados hasta ahora sugieren que fue un centro de poder e influencia en la región.


Anitzel Díaz




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