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La brutalidad cotidiana del matrimonio infantil

A partir de marzo de este año (2023), el Senado endurece las penas para quien obligue a casarse a niños de comunidades afromexicanas e indígenas y avala un cambio en el Código Penal para que las denuncias no prescriban.


México castigará hasta con 22 años de cárcel el matrimonio infantil. El Senado aprobó por unanimidad una reforma en el Código Penal para que las denuncias no prescriban y para que se endurezcan las penas de prisión para quienes obliguen a casarse a niños indígenas y afromexicanos, las comunidades más expuestas a casamientos forzados o, incluso, a la venta de menores para saldar deudas.


El matrimonio infantil está prohibido en México desde marzo de 2019, después de una lucha que tomó décadas por el choque con las comunidades que se rigen por usos y costumbres. Lo que cambia con la reforma avalada esta semana por la Cámara alta es que establece penas de cárcel concretas para quienes organicen o celebren “cohabitaciones forzadas”, bajo el argumento de que los niños y las niñas que son víctimas no tienen la capacidad de consentir y, muchas veces, oponerse a estas uniones. El País




Históricamente


En el 2021 el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió no estigmatizar a los pueblos indígenas por la venta de niñas en Guerrero, ya que era una práctica de "usos y costumbres".


Hoy son más de 300 mil niñas las que se han vendido en la La Montaña de Guerrero para matrimonio, aunque no existen cifras exactas, ya que la mayoría de estas uniones no se registran, reveló Martha Givaudan, presidenta de la organización no gubernamental "Yo quiero Yo puedo", que trabaja en el municipio de Metlatónoc a Reforma, que junto con Cimac han reportado el caso.


Reforma señaló que las niñas desde los 9 años son vendidas por 40 mil pesos hasta 200 mil; incluso algunos dan un intercambio, ya sea ganado o cerveza, una práctica que se ha atribuido a “usos y costumbres” de las comunidades.



Guerrero, Oaxaca y Chiapas


En el 2009 la noticia de que Marcelino de Jesús Martínez, originario de Oaxaca y migrante en

California, vendiera a su hija de 14 años a cambio de dinero, cerveza y carne, ocupó varios

días los titulares.


El hecho se hizo noticias porque fue en Estados Unidos, no porque fuera una práctica en desuso. En México la venta de una niña de 14 años por parte de su padre es una historia repetida.


Martínez, vivía en el Condado Monterey, a unos 225 kilómetros al Sur de San Francisco, e hizo arreglos con un intermediario para casar a la menor de edad con Margarito de Jesús Galindo, de 18 años, también originario de Oaxaca, a cambio le entregaría 16 mil dólares en efectivo, 160 cajas de cerveza, 150 cajas de bebidas como refrescos, dos de vino y seis de carne.

En Chiapas y Oaxaca cientos de niñas y adolescentes también son vendidas en matrimonio cada año en comunidades que se rigen por el sistema de usos y costumbres. Una dote en efectivo de 10,000 pesos, más otro pago en especie como azúcar, panes y otros alimentos, conforman el paquete básico para que un hombre pueda adquirir una mujer en el sur del país.


Según el reportaje de Noticieros Televisa sobre la venta de niñas en el municipio de Metlatónoc en 60 comunidades de Guerrero se lleva a cabo la venta de mujeres. Aunque justo en el municipio de Metlatónoc la venta de niñas e es considerada como violencia de género.


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