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LEYENDAS, CUENTOS Y MITOS — DÍA DE MUERTOS

Actualizado: 6 feb




LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS


Leyenda de conocimiento popular en varias poblaciones de San Luis Potosí, recopilada por Flavio Martínez.


Dispensen, les voy a contar un cuento. Es de hace tiempo, de un señor en un día de Todos Santos, que es cuando vienen los difuntos, las ánimas, a visitarnos pueblo por pueblo, en todas las casas. Él dijo: “Yo no creo que vengan las ánimas de los difuntos. No lo creo, no vienen, son mentiras, yo no tengo tiempo, yo voy a trabajar (le dijo el señor a su esposa); yo voy a esperar a mi papá con una jícara de enchiladas, él siempre comía ramas de wax tierno. Eso le voy a poner en el altar”. Y así lo hizo.

Bueno, pues se fue a trabajar; trabajó todo el día, el mero día de Todos Santos, el día de los grandes, de los mayores, porque primero es el día de los chicos, dicen. Amaneció, se fue a trabajar, estaba trabajando duro y de pronto se escuchó ruido de gente que platicaba en el camino. Pasaban muchos, iban contentos, unos cantando, otros bailando contentos; vio que pasaban muchos, llevaban canastas en la cabeza y cargaban chichihuites en el hombro, todos llevaban regalos, las ofrendas que habían recibido. Unos llevaban racimos de plátanos, manos de plátanos. Las señoras iban cargando en la cabeza canastas con tamales; llevaban tamales chicos y grandes, llevaban atole, lo cargaban en cántaros, lo llevaban en jarros; otros llevaban mazorcas en mancuernas, todos iban muy contentos.


Entonces el señor pensó: “Ya veo que esas personas no son gente de verdad, porque no las conozco; van otros señores que hace años he visto. Pobre de mi papá”, dijo, y pensó que venía su papá. En ese momento vio venir a su papá, quien llevaba al hombro la rama de wax tierno. Su mamá llevaba en la cabeza una jícara de enchiladas, tapaditas, así como debe de ser, eso llevaban sus papás, el señor se entristeció.

“Ahora ya lo creo, todos los difuntos, todas las ánimas vienen”, dijo, y entonces los llamó: “Papá, papá, mamá, mamá quiero hablar con ustedes, yo no creía. Dispénsenme, yo no sabía que ustedes venían a visitarme; ahora veo que de veras es cierto. Hagan el favor de esperarme un poco, voy a hacer también una ofrenda grande, ahora ya sé que de veras vienen.”

“Pero nosotros no podemos —contestó el papá— yo ya me voy, nosotros ya nos vamos, pero si quieres verme y dejarme la ofrenda, hazla, te espero en el portal de la iglesia, allá te espero mañana, antes de que empiece la misa.” Bueno, entonces eso fue lo que hizo el señor, regresó a su casa. Mató puerco y pollos e hizo tamales grandes. Puso el altar; estuvo preparando ofrenda toda la noche para que cuando amaneciera la gente fuera a hacer el rosario, a rezarle a las ánimas de sus papás. En el momento que terminó sus quehaceres, sintió que le dio cansancio y le dijo a su esposa: “Voy a descansar, así tan pronto cuando estén ya cocidos los tamales pruébalos y avísame. Cuando termines despiértame, vamos a llamar al rezandero y vamos a rezarles. Voy a ir a dejar la ofrenda allá donde me va a esperar mi papá.” Y el hombre se fue a descansar a su cama; descansó y como a la hora le fueron a hablar, pero el hombre ya no estaba con vida. Estaba muerto. Murió en su cama. Cuando la señora vio finado a su esposo, avisó a los vecinos, a los familiares.

Los tamales y la ofrenda que se hicieron para su papá se los comieron los que ayudaron a enterrar al difunto.







LA ZORRA COMO MENSAJERA DE LA MUERTE

LEYENDA DE POZO DE ACUÑA, MUNICIPIO DE GUADALCÁZAR, SLP


No, eso que usted pregunta del ahuizote y de los perros aquí no sucede. Nosotros sabemos cuándo alguien se va morir porque escuchamos a la zorra cantar –afirma el Sr. Alfonso Loera–. Cuando la zorra canta en la tarde nunca falta que alguien se muera. Pero déjeme decirle una cosa: no siempre se muere alguien que vive aquí en el pueblo cuando canta la zorra. También se dan casos de que la zorra canta y se muere alguien de aquí del pueblo, pero que vive en otra parte, por ejemplo en San Luis, en Monterrey o en l’otro lado.

Entonces ahí anda la zorra cante y cante y la gente asustada. No se muere nadie, pero a los dos o tres días nos llega la novedad de que Fulano o que Zutano se murió por decir en Oklahoma o en Houston. Entonces la zorra con su canto estaba avisándonos que alguien del pueblo iba fallecer.







LOS CABALLITOS DE CUANAJO

MICHOACÁN,MÉXICO


Existía una familia en el pueblo de Cuanajo, que tenia una hija pequeña y un cierto día la niña falleció y como es lógico los padres estaban muy tristes y dolidos.

Paso el tiempo y el día de muertos se acercaba entonces la madre de la niña le dijo a su esposo que deberían prepararse por que tendrían que hacer tamales para darle a los que llevarían los Caballitos a su casa el día de muertos.

Entonces días antes del día de muertos el hombre salió de su casa y se fue al cerro a buscar madera y pensaba quedarse varios días hasta después del día de muertos, pues no quería ver a nadie en su casa la noche de la celebración.


Llego entonces el día de muertos, el Sr. que se encontraba cerca del panteón comenzó a cortar la leña cuando de pronto una rama le calló encima dejándolo atrapado y sin poder moverse de la espalda para abajo, después de varios intentos decidió esperar a que pasara alguien para pedir ayuda.

La noche comenzó a caer cuando de pronto comenzó a escuchar que alguien se acercaba se oía como un grupo de gente cuando van a un fiesta platicaban en voz baja, el hombre comenzó a gritar por ayuda pero nadie respondió él siguió gritando pero nadie le escuchaba entre la gente distinguió para su sorpresa a su compadre Manuel, quien había fallecido unos años antes.

Paso toda la noche y a la siguiente el hombre volvió a escuchar gente que regresaba del pueblo al panteón y escucho cascos de caballos en el camino, y de cómo la gente regresaba feliz y contenta. Comenzó a ver la gente que regresaba con caballitos de madera llenos de fruta y flores algunos llevaban 5 o 6 caballos otros 1 o 2 y mas atrás iban muchos recogiendo lo que a los demás se les caía en el camino pero lo hacían llorando lastimeramente.

Se dice que cada 2 de noviembre las almas de las personas regresan a este pueblo para ver a sus familias y para llevarse las ofrendas que las familias les preparan las almas que llevan mas caballitos y ofrendas son aquellas personas a las que los familiares y amigos aun los recuerdan y por tal motivo se les lleva un caballito o una ofrenda el día de muertos.

Y los últimos los que van recogiendo lo que se cae de los demás son aquellos a los que la familia a olvidado y no se les pone una altar cada día de MUERTOS.







LA LLORONA


Es uno de los mitos femeninos más potentes de nuestro país. “Es la expresión del dolor del más allá”. Acá la historia de la “LLORONA”:

Se trataría del espectro de una mujer vestida de blanco que aparece cada vez que alguien muere, claro que que tan sólo puede ser vista por personas que tienen habilidades paranormales.

Según esta leyenda, los pasos de la llorona, indicarían el exacto camino que debe recorrer un muerto para dirigirse al más allá, incluso se cuenta que ella aparecería con el fin de llorar en nombre de todos los familiares del difunto, para que así la pena de ellos sea menor.

Pero esa es tan sólo la parte bonita de la historia, ya que hay quienes aseguran que esta figura femenina tiene un lado oscuro, ya que la llorona sería capaz de robar hijos ajenos para aminorar la pérdida de ella y para vengarse de la muerte de los suyos. Y eso no es todo, ya que de acuerdo a otras versiones, esta mujer tendría la capacidad de hipnotizar a los hombres con el fin de tener relaciones sexuales con ellos.

Por último, está la versión que indica que la llorona es una mujer que visita a los enfermos para anunciarles que van a morir.

Esta mujer sería delgada, de cabello negro y vestiría de negro, una especie de mensajera de la muerte.




POEMA ZAPOTECO “LA LLORONA”


Bidxaa La bruja o la llorona

Ti xiixa cutubi El bulto rueda

lu yuxi, ruaa guiigu’

lu yuxi, ruaa guiigu’ sobre la arena del río,

pa napu’ guzana

pa napu’ guzana si en tu familia hay parturienta,

gupa ra li’dxu’

gupa ra li’dxu’ protege tu casa.

Rigaa ne ridopa

Rigaa ne ridopa Se extiende y se contrae,

rixheembe’, ruchaa se deforma y se transforma,

rundapi xii guibá’

rixheembe’, ruchaa se deforma y se transforma,

rundapi xii guibá’. olfatea el aire

ma’ naca bidxaa ya convertida en chupadora de sangre.

Xa íque guzana

ma’ naca bidxaa ya convertida en chupadora de sangre.

Xa íque guzana En la cabecera de la parturienta

ruzuguaa ti bidó’

ruzuguaa ti bidó’ resguarda la imagen de un santo

ne rixuubi cuaana’

ne rixuubi cuaana’ y se untan ajos

ca guiirubí napa yoo en las aberturas de su morada.

Nexhedxí huaxhinni Reposa quietamente la noche,

bi’cu’ ruguuliibi. los perros gimen,

bidxaa nuu gué’ rini. la asesina de niños, aguarda,

jñaa xcuidi nuudxiibi

a guiirubí napa yoo en las aberturas de su morada.

Nexhedxí huaxhinni Reposa quietamente la noche,

bi’cu’ ruguuliibi los perros gimen,

bidxaa nuu gué’ rini la asesina de niños, aguarda,

jñaa xcuidi nuudxiibi mientras la madre vela con miedo.

Texto y traducción La Llorona Eva Almaha








Ilustraciones: Grabados José Guadalupe Posadas

Compilación Anitzel Díaz


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