Manuel Ajenjo
Tal vez el encabezado de esta columna parezca exagerado, pero es un resumen de la opinión del columnista surgida por lo sucedido en la Cámara Alta durante los días que acaban de pasar en los que se votó a favor del bloque gobernante la controvertida reforma al Poder Judicial.
El calificativo de pusilánime para el presidente de Acción Nacional, es una manera eufemística de no utilizar un adjetivo de grueso y coloquial calibre. Un presidente de un partido político no puede ser tan ingenuo como para, aún desconociendo la historia de una dinastía política de pésimos antecedentes, apoyar una candidatura común, la del hijo y la del padre, senadores propietario y suplente, respectivamente, para la misma legislatura.
Aunque el expediente de Miguel Ángel Yunes Márquez está ligado al PAN: bajo sus siglas fue presidente municipal de Boca del Río, Veracruz; diputado al Congreso local (2004 al 2007) y coordinador de los alcaldes panistas veracruzanos; no sucede lo mismo con el compendio curricular de su padre, cuya trayectoria política está acompañada de una larga y sucia cola. En 1969 se hizo miembro del Partido Revolucionario Institucional, del cual fue asesor Jurídico y de Asuntos Legislativos y presidente estatal en, su tierra natal, Veracruz en dos ocasiones.
Durante su estadía de 35 años en el PRI desempeñó los siguientes cargos: diputado al Congreso de Veracruz 1980-83; diputado federal 1991-1992; secretario general de gobierno durante la gestión de Patricio Chirinos (1992-1997); director general de Prevención y Readaptación Social y Asesor de la Subsecretaría de Seguridad Pública (1999-2000). En el mismo año fue asesor de la Subsecretaría de Seguridad Pública, estos dos cargos en la secretaría de Gobernación al final del sexenio de Zedillo.
Gracias a su protectora Elba Esther Gordillo, secretaria del CEN del PRI y coordinadora de la bancada tricolor en San Lázaro, Yunes Linares fue diputado plurinominal en el 2003. La maestra fue expulsada del partido por Roberto Madrazo —el Alito de la época— pero su ahijado permaneció en su curul hasta enero del 2005. Deja al PRI para servir al primer gobierno panista. Vicente Fox lo nombra subsecretario de Seguridad Pública, y, posteriormente, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Incondicional del panismo —de momento— al igual que su protectora, Elba Esther, quien, gracias a su influencia en las decisiones de Calderón, logró para el veracruzano la dirección general del ISSSTE, cargo al que cuatro años después renunció por considerar exagerado el moche que pedía su madrina: 20 millones de pesos mensuales, dejando las migajas para el ahijado.
Pese a todo el Panal, el partido de la abeja reina, Elba Esther, en coalición con el PAN, lanzó la candidatura de nuestro sujeto a la gubernatura veracruzana, misma que perdió por diferencia de 2.57% de los votos con el maligno gordito Javier Duarte.
En la LXIII Legislatura, el PAN lo hace diputado de representación proporcional. Renuncia en junio del 2016 para competir como panista por la gubernatura veracruzana, corta (2016-2018) pero jugosa. Gana.
En más de una ocasión Yunes Linares ha sido acusado de corrupción. En 2013 el expresidente nacional del PAN, Manuel Espino, lo denunció por enriquecimiento ilícito por 3,000 millones de pesos. Argumentó la imposibilidad de que sus ingresos coincidieran con su patrimonio. Inclusive no descartó su posible vinculación con el crimen organizado. Esto sin mencionar que aparece en el elenco de presuntos pederastas en el libro Los Demonios del Edén de Lydia Cacho.
Aquí es donde surge el reproche contra Marko Cortés. Tal vez recurrir a Yunes Márquez como candidato al Senado fue una necesidad política-económica. Pero, ¿por qué permitir que llevara como suplente a su desprestigiado padre, susceptible de traicionar al panismo —tal como sucedió— al sólo mostrarle el abultado expediente de delitos familiares, en lugar de a un verdadero y honesto panista de abolengo?
Punto final
Pasos para tener una noche mexicana: 1.- Estar en México. 2.- Que sea de noche.
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