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Nicaragua en el ojo de la persecución religiosa






En menos de 4 años, la Iglesia Católica en Nicaragua ha sufrido más de 190 ataques y profanaciones, 
incluido un incendio en la Catedral de Managua y la persecución del clero bajo el régimen de Daniel 
Ortega. Además, el gobierno ha cerrado medios de comunicación (televisión y radio) pertenecientes 
a la Iglesia. 



De acuerdo con el informe de investigación que ha recibido ACN “Nicaragua: ¿Iglesia perseguida? 
(2018-2022)” de Martha Patricia Molina Montenegro, integrante del Observatorio Pro 
Transparencia y Anticorrupción, se estima que 37% de las hostilidades del gobierno nicaragüense 
son agresiones a sacerdotes, obispos, religiosas, seminaristas, laicos, que incluyen también 
expulsiones del país, 19% son profanaciones a lugares y objetos sagrados y de culto y un 17% han 
sido asedios, destrucción, quemas, bloqueos de servicios básicos e invasiones a la propiedad 
privada, etc. 
Uno de los casos que pone a la libertad religiosa en el ojo del huracán en Nicaragua es el cierre de 
101 organizaciones no gubernamentales (ONG), que incluye, como se mencionó, a la Asociación de 
las Misioneras de la Caridad fundada por la Madre Teresa de Calcuta.


Las religiosas se dedicaban a 
atender a los más pobres y tenían un asilo de ancianos, una guardería para los hijos de madres sin 
recursos y un hogar para jóvenes abandonados o víctimas de abusos. 
Sin duda el tema de Mons. Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa ha llamado la atención mundial, 
el obispo luego de haber permanecido en huelga de hambre debido al acoso de autoridades, el 
gobierno ordenó al proveedor de televisión nicaragüense Claro, suspender la transmisión del canal 
51, Canal Católico operado por la Iglesia.


Además, Mons. Rolando denunció que las fuerzas del 
orden habían bloqueado el camino de acceso a los sacerdotes que iban a celebrar una misa con él e 
impidieron a los fieles atender la Eucaristía.


Actualmente lleva dos semanas retenido por las 
autoridades en la Curia Episcopal de Nicaragua, acusado de ejecutar actos de odio y atacar a las 
autoridades constitucionales. 
Las retenciones gubernamentales hacia los representantes eclesiásticos son cada vez más 
frecuentes, esta semana la diócesis de Siuna, informó que se detuvo al P. Óscar Danilo Benavídez, 
párroco de la iglesia del Espíritu Santo en el municipio de Mulukukú, en la Región Autónoma del 
Caribe Norte de Nicaragua.





El sacerdote fue arrestado por la policía antidisturbios luego de celebrar 
la misa dominical y se desconocen los motivos de esta acción. 
El Gobierno ha desatado una guerra mediática para atacar, calumniar y amenazar de muerte a 
sacerdotes, religiosas, laicos y obispos, ante este suceso la conferencia episcopal nicaragüense 
agradeció las muestras de fraternidad y solidaridad para la Iglesia del país y parafraseando un 
versículo bíblico, agregaron que “si un miembro sufre, todos sufrimos con él”. 
Los obispos han dicho que la Iglesia, proclama el evangelio y está abierta a la colaboración con todas 
las autoridades nacionales para construir la paz. 
 








 
Las raíces de la hostilidad por parte del gobierno de Nicaragua se originaron en abril del 2018 cuando 
la Iglesia Católica apoyó a estudiantes durante las manifestaciones pacíficas contra la corrupción y 
el nepotismo en el país. Desde ese entonces, los templos abrieron sus puertas para el diálogo, 
atendieron a los heridos y consolaron a los familiares de ciudadanos asesinados o secuestrados.



La situación en Nicaragua se destaca en el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo editado por 
Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en el 2021, ahí se revela que cada año las violaciones más 
importantes a la libertad religiosa se producen en naciones con un historial cuestionable de respeto 
a los derechos humanos y la democracia, entre ellas Cuba, Nicaragua y Venezuela. 
Estos Gobiernos han manifestado agresividad hacia las Iglesias cristianas (tanto la católica como las 
no católicas) cuando sus líderes religiosos han denunciado la corrupción o las iniciativas políticas y 
sociales perjudiciales para el bien común. 



En concreto, la hostilidad estatal se manifiesta en el uso de la fuerza, que incluye la interrupción de 
las celebraciones religiosas, la intimidación de los fieles con despliegues policiales beligerantes 
alrededor de iglesias y procesiones (y por otro lado, la ausencia notoria de protección policial 
cuando las turbas atacan y destrozan lugares de culto), amenazas a los líderes religiosos y a los fieles, 
cancelación de los visados al personal religioso extranjero y opacidad en el proceso de registro de 
los grupos religiosos. 
Hoy se viven tiempos difíciles en Nicaragua, la Iglesia no ha dejado solo a su pueblo a pesar de las 
violaciones a la libertad religiosa que se han cometido en su contra.


ACN te invita a orar por la Iglesia 
en Nicaragua y a apoyar solidariamente a nuestros hermanos en ese país. Reza y si esta se tus manos 
se generoso. Visita: https://acn-mexico.org/oracion-la-paz-nicaragua 








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