Una serie de arrestos ocurridos en el occidente de México, en los violentos estados de Jalisco y Guanajuato, cuando el ejército mexicano irrumpió en el lugar donde estaban aparentes líderes de dos grupos criminales desencadenó enfrentamientos y quema de vehículos y negocios.
El presidente Andrés Manuel López Obrador informó el miércoles que aparentemente había “una reunión de dos bandas” cuando llegaron elementos de la Secretaría de la Defensa y “hubo un enfrentamiento, hubo detenciones, esto es lo que provocó las protestas las quemas de vehículos, no sólo en Jalisco sino en Guanajuato”.
El mandatario no aclaró quienes fueron los arrestados, ni mencionó los nombres de las organizaciones a las que aparentemente pertenecían, pero indicó que se presume que los que estaban en ese encuentro eran “jefes” de los grupos delictivos.
Agregó que militares y policías seguían el miércoles por la mañana desplegados en la zona “porque están buscando detener a más presuntos delincuentes”. No mencionó la existencia de víctimas.
Sobre la jornada violenta en Guanajuato y Jalisco, en donde se reportaron quemas de vehículos y establecimientos el martes por la noche, el presidente López Obrador indicó durante su conferencia este miércoles, que los ataques se desataron tras la detención de jefes delictivos por parte de la Sedena. El martes, la secretaria de Gobierno de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, atribuyó los atentados a un enfrentamiento con un grupo criminal en un estado vecino; agregó que hay detenidos y que no hay lesionados.
El cártel más fuerte en esa zona es el Jalisco Nueva Generación, cuyo líder, Nemesio Oseguera, es uno de los narcotraficantes más buscados en México y en Estados Unidos.
Los cortes de carreteras y la quema de establecimientos es una reacción habitual de los grupos delictivos cuando hay arrestos a fin de bloquear y distraer a las autoridades.
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