Melissa Lucio tiene 53 años, es de origen mexicano y estaba en espera de ser ejecutada por las autoridades de Texas el próximo 27 de abril.
A unos días de que le cumplieran la pena máxima, un Tribunal de Apelación Penal de Texas suspendió su ejecución después de que su defensa presentó nuevas pruebas que podrían, por fin, regresarle su libertad y paz tras tantos años de permanecer presa y librando batallas en los tribunales por un delito que no cometió.
La solicitud contó con el apoyo de más de 80 legisladores estatales, tanto demócratas como republicanos, y de cuatro de los miembros del jurado que sentenció a la mujer en su momento.
Este lunes, tras conocerse la suspensión de la ejecución, la defensa de Lucio hizo público un mensaje de la mujer:
"Doy gracias a Dios por mi vida. Siempre he confiado en Él. Estoy agradecido de que la Corte me haya dado la oportunidad de vivir y probar mi inocencia. Mariah está en mi corazón hoy y siempre. Estoy agradecida de tener más días para ser madre de mis hijos y abuela de mis nietos. Usaré mi tiempo para ayudar a llevarlos a Cristo. Estoy profundamente agradecida con todos los que oraron por mí y hablaron en mi nombre".
¿De qué se le acusa?
Melissa, madre de 14, está acusada de dar muerte a Mariah, una de sus hijas, de apenas dos años de edad. Mariah, la pequeña de dos años murió mientras dormía, después de haber caído de unas escaleras durante una mudanza. La familia, vivía en condiciones de hacinamiento y sin servicios de agua o electricidad .
Mariah dejó de comer luego de la caída y murió mientras dormía en la cama de sus padres. La fiscalía rápidamente acusó a su madre por homicidio basada en una confesión que se produjo luego de un interrogatorio de cinco horas, en el que Melissa negó más de 80 veces ser culpable antes de desmoronarse y decir: “No sé lo que quieren que diga. Supongo que soy la responsable”.
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