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Este 2023 Yuliana Bedolla fue la primera mujer mexicana en ser galardonada con el premio Whitney

Actualizado: 30 dic 2023

“Cuando comencé con mi carrera de biología marina nunca imaginé trabajar con aves”.

Yuliana Bedolla estudiaba corales y pensaba dedicarse al mundo submarino.

Pero trabajando en islas del Pacífico mexicano nació una pasión que la impulsa desde hace más de una década: proteger a las aves marinas.


La científica mexicana recibió en abril uno de los prestigiosos premios de 2023 de la Fundación Whitley para la Naturaleza, Whitley Fund for Nature.


La fundación destaca cada año a “conservacionistas inspiradores” de diferentes regiones que combinan la ciencia con el trabajo innovador con comunidades locales.


Bedolla, la única ganadora de América Latina, fue premiada por proteger de mamíferos invasores a colonias de anidación de aves marinas nocturnas.


Bedolla logró erradicar las especies invasoras en dos islas de Baja California donde se encuentran las principales colonias de la fardela mexicana y del petrel negro.

El dinero será destinado a continuar con el proyecto de recuperación de hábitat de las aves, fortaleciendo los protocolos de bioseguridad.


Los mamíferos invasores son la principal amenaza para numerosas especies de aves. Los gatos, sobre todo, “llegan a tener un instinto cazador muy voraz y son muy dañinos porque no solamente atacan los huevos o polluelos, sino que también matan a los adultos y ya no se pueden reproducir”, explica la bióloga marina, Yuliana Bedolla.


Como directora del programa de aves marinas del Grupo de Ecología y Conservación de Islas, una organización sin fines de lucro dedicada a la restauración de islas en México, Bedolla ha logrado erradicar los mamíferos invasores en dos de los sitios de anidación más importantes del mundo para el petrel negro (Hydrobates melania) y la pardela mexicana (Puffinus opisthomelas). Se trata de las islas Natividad y San Benito Oeste, en el océano Pacífico de Baja California, donde la presencia de gatos y ratas constituyeron durante años la principal amenaza para estas aves incluidas en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).


Como resultado del trabajo de erradicación de especies invasoras que la organización comenzó hace dos décadas, las poblaciones de aves se han recuperado e incluso la pardela mexicana pasó de ser considerada Amenazada por la UICN a estar Casi Amenazada.


El enigma del calentamiento


Bedolla señala que el cambio climático también podría afectar a las aves.

“Estas islas están precisamente en la frontera entre dos corrientes, una corriente cálida que viene del sur y una corriente fría que viene del norte.

“Si llegase a calentarse muchísimo el océano, la corriente cálida tendría predominancia y probablemente afectaría el alimento de los cuales dependen las aves”.

Una buena señal es que las aves parecen responder por ahora de manera flexible a estos cambios, según la científica.

“Hubo años muy, muy calientes en 2013, 2014, 2015 y 2016. Y a través de lo que comen las aves pudimos ver que los años muy cálidos se alimentaban de especies más tropicales.

“Pero en los años mucho más fríos se alimentaban más de sus presas más comunes. Tienen esa capacidad de escoger otro tipo de alimento cuando no está aquel del que normalmente se alimentan”.

“Quiero proteger mi isla”


A pesar de la grave crisis de biodiversidad en el planeta, con más de un millón de especies en peligro de extinción según la ONU, Yuliana Bedolla tiene una razón muy concreta para mantener la esperanza.


Ella ha visto en el terreno que la conservación funciona.

“Creo que yo soy muy afortunada, porque lo he visto con mis ojos”, subraya.

“En esta región habíamos perdido [por especies invasoras] como alrededor de 27 colonias de aves marinas”.

Para recuperarlas Bedolla y otros biólogos no solo eliminaron las especies invasoras.

“También utilizamos técnicas de atracción social. O sea, pusimos colonias falsas, con sonidos y algunos señuelos falsos que se asemejaban a aves.

“De las 27 colonias de aves que se habían perdido, o más, porque eso es lo que teníamos registrado, 21 colonias ya regresaron a las islas.

“Y no solamente eso. El número de especies de aves marinas que utilizan estas islas se ha incrementado desde las 19 hace diez años a 23 especies. Entonces si nuevas especies están llegando a las islas es porque es un sitio seguro. Si ellas no se sienten seguras, no llegan o se van”.






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Yuliana es bióloga marina, egresada con honores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Es maestra en Oceanografía Costera por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y Candidata a Doctor por la Universidad Justus Liebig de Giessen en Alemania, bajo la dirección de la Dr. Petra Quillfeldt, especialista en aves marinas con experiencia en islas de todo el mundo. Para su doctorado, obtuvo una beca del gobierno alemán. Yuliana habla español e inglés y tiene conocimientos básicos de alemán. Su investigación de doctorado se enfoca en la ecología de forrajeo de tres especies de petreles que anidan en el Archipiélago de San Benito, en el Pacífico de Baja California.


Anitzel Díaz

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