Las protestas se expandieron el lunes a Teherán y otras ciudades. Un sitio web afiliado a la televisora estatal dijo que 22 personas habían sido detenidas en una marcha en la ciudad norteña de Rasht, la primera confirmación oficial de arrestos asociados a las protestas.
Una alta funcionaria de Naciones Unidas exigió el martes una investigación independiente sobre la muerte de una mujer iraní que fue detenida por la policía de la moral del país, mientras las autoridades admitían varias detenciones en protestas por el incidente.
La muerte de la mujer ha provocado manifestaciones en todo el país, incluida la capital, Teherán, donde la gente entonó cánticos contra el gobierno y chocaron con la policía.
La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas dijo que la policía de la moral iraní ha ampliado sus patrullas en los últimos meses y perseguido a mujeres que no llevan de forma adecuada el pañuelo islámico o hiyab, que les cubre el cabello. La Oficina dijo haber verificado videos en los que se veía a mujeres abofeteadas en el rostro, golpeadas con porras y arrojadas a camionetas policiales por llevar el hiyab demasiado suelto.
Una patrulla similar detuvo el pasado martes a Masha Amini, de 22 años, y la llevó a una comisaría, donde perdió el conocimiento. Murió tres días más tarde. La policía negó haber maltratado a Amini y dijo que había muerto por un ataque al corazón. Las autoridades dijeron que investigaban el incidente.
“La trágica muerte de Mahsa Amini y las acusaciones de tortura y maltrato deben ser investigadas de forma rápida, imparcial y efectiva por una autoridad competente independiente”, afirmó Nada al-Nashif, alta comisionada en funciones para los derechos humanos.
El gobierno iraní no hizo comentarios sobre el comunicado en un primer momento, pero en el pasado ha criticado la labor de investigadores de Naciones Unidas que analizan cuestiones de derechos en el país.
La policía publicó la semana pasada unas imágenes tomadas con cámara de seguridad que supuestamente mostraban el momento en el que Amini se había derrumbado. Pero su familia dijo que no tenía antecedentes de problemas de corazón.
Amini, que era kurda, fue enterrada el sábado en su ciudad natal, Saqez, en el oeste de Irán. Allí se produjeron protestas tras su funeral y la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes el sábado y el domingo. Varios manifestantes fueron detenidos.
Las protestas se expandieron el lunes a Teherán y otras ciudades. Un sitio web afiliado a la televisora estatal dijo que 22 personas habían sido detenidas en una marcha en la ciudad norteña de Rasht, la primera confirmación oficial de arrestos asociados a las protestas.
La televisora estatal mostró imágenes de protestas el lunes en las que se veían dos autos policiales con ventanas reventadas. El medio dijo que los inconformes habían quemado también dos motocicletas, y prendieron fuego a banderas iraníes en zonas kurdas y Teherán.
La cadena estatal atribuyó los disturbios a países extranjeros y grupos opositores en el exilio, a los que acusó de utilizar la muerte de Amini como pretexto para imponer más sanciones económicas.
Irán ha registrado oleadas de manifestaciones en años recientes, sobre todo por una prolongada crisis económica agravada por las sanciones occidentales asociadas al programa nuclear iraní. Las autoridades han logrado sofocar las protestas por la fuerza.
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