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Un rival para Morena

Alberto Aguirre


La misión de frenar a la Cuarta Transformación se completaría en distintas etapas, antes de elegir al candidato presidencial de Va por México. La sociedad civil salió a las calles para defender a los órganos autónomos, mientras que las fuerzas partidistas impugnarían las leyes aprobadas por la mayoría morenista, principalmente el llamado “plan B" electoral.


El Talón de Aquiles de esta administración —ya es evidente— está en las cámaras legislativas. El presidente de la mesa directiva del Senado, Alejandro Armenta, calificó como “desaseado” la dictaminacion de las iniciativas procesadas en San Lázaro por su paisano y rival, Ignacio Mier. En la Cámara Alta, Ricardo Monreal había perdido margen de maniobra ante la intromisión de Adán Augusto López Hernández.


Tras dos años de escarceos, ha llegado el momento de las definiciones. Un Frente Amplio que incluya a Movimiento Ciudadano es lo menos probable, aunque el resultado electoral del Estado de México obliga a una reflexión más profunda sobre las determinantes de la victoria de Delfina Gómez.



Si la cúpula emecista —léase Dante Delgado— logra sumar a su causa a una parte del panismo, está por verse. La gradualidad de la estrategia para vencer al lopezobradorismo es un punto critico. Hace un año, con el cúmulo de derrotas en las elecciones para gobernador, se impuso el desánimo.


En el 2024 —era el consenso— solo sería posible evitar que Morena retomara el control de los órganos legislativos. Esa idea empataría con la activación del “plan C” y el llamado al carro completo formulado en Palacio Nacional.



Morena va por la mayoría absoluta y un amplio sector de la oposición quiere impulsar una candidatura testimonial y rescatar la Presidencia en el 2030.


Entre la veintena de aspirantes a la candidatura —la mitad, reconocidos exfuncionarios priistas— hay sólidas carreras pero escaso apoyo popular y sobre todo rechazo a los sellos partidistas. La defensa de las instituciones ha sido el único catalizador del hartazgo de un sector social con el gobierno izquierdista


¿Y una candidata para encabezar a la oposición en el 2024? En ese escenario, Xóchitl Gálvez serviría para bajar a Claudia. ¿Pero podría derrotarla? Con sólidos respaldos entre la clase empresarial, la senadora hidalguense enfrenta resistencias de las cúpulas partidistas, que han debido adaptar sus normas internas para no excluirla.


Antes de la ronda final de negociaciones, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, aceptaba abrirse “a todas las opciones”. Quien sea nominado, definía, no sólo debe contar con el respaldo de las bases de su partido o tener un discurso incendiario o una imagen impecable.



“Si fueran las Olimpiadas, quien gane en Decatlón se llevara el premio mayor” resumía. Santiago Creel ha usado otra metáfora deportiva para referirse a si mismo y la posibilidad de encabezar un frente amplio opositor: “soy el mejor, el más experimentado para conducir esta nave”.


¿Qué importa más? ¿El vehículo o el piloto? A juzgar por la reciente historia de las alianzas opositoras, la capacidad articular un equipo, es central para el éxito. Y allí, los políticos tradicionales y el círculo rojo imponen su agenda.


Para ganar :ganar las elecciones, después del candidato, lo mas importante es la estrategia. ¿O viceversa? Va por México deberá resolver ese dilema. Y si lo hace exitosamente, tendrá alguna posibilidad de competirle a Morena en el 2024.

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